Árboles milenarios símbolo de la vida eterna, alegría y prosperidad, icono nacional que incluso está plasmado en la Bandera del país...esos son los Cedros del Líbano y no los debemos dejar de visitar.

Los cedrus libani o cedros del Líbano, crecen en las montanas como en tiempos bíblicos. En el Valle de Qadisha en el monte Makemel o al Makmal se encuentra el Bosque de Los Cedros de Dios.
Antiguamente estos cedros se propagaban como una manta sobre las montanas libanesas hoy en día quedan pocos bosques y están rigurosamente protegidos.

Fueron muy apreciados en tiempos remotos, ya su brillante madera, al envejecer alcanzaba la dureza de una piedra por lo tanto no le dañaba la carcoma.
Los Cedros del Líbano, están nombrados en una de las obras de literatura más antiguas del mundo la Epopeya mesopotámica de Gilgamesh escrita hace más de 4.000 años. En esta obra encontramos pasajes e historias con mucha similitud a los del Antiguo testamento.
Los Fenicios utilizaban su madera para hacer sus barcos y la comercializaban con los egipcios. La historia egipcia de Wen Amun del siglo XXI antes de Cristo habla de un oficial que viajó hasta Biblos -en Líbano- para negociar la madera de cedro.
Para los Sumerios el cedro era el árbol del mundo ya que el dios Ea habitaba en ellos.
En el Tanakh está escrito que Moisés ordenó a los sacerdotes hebreos que utilizaran la corteza del cedro para el tratamiento de la lepra. Salomón construyó el templo de Jerusalén con esta madera, este decía que "hicieran que el cedro fuera tan abundante en Jerusalén como las higueras de sicomoro en la Shephelah" (o tierras bajas en Israel) que el profeta Isaías lo uso como una metáfora, como un símbolo de los justos.

La UNESCO en 1998 declaró al valle de Qadisha y el Bosque de Los Cedros de Dios Patrimonio de la Humanidad.
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